Relato: Candela sueƱa un mundo

Cuando Candela naciĆ³, la vistieron con prendas del color del arcoiris, llenas de estampados y palabras extranjeras que no entendĆ­a pero que transmitĆ­an energĆ­a. Sus primeros regalos tenĆ­an el tacto rasposo de la madera, con vivos colores y formas que manejaba y lanzaba a su antojo, provocando el caos a su alrededor. Lanzaba gritos de jĆŗbilo, con sus grandes ojos abiertos al mundo. En sus cumpleaƱos recibĆ­a indistintamente pelotas, Ć”bacos, raquetas, plastilina y tambiĆ©n muƱecas, entre las que preferĆ­a la de trapo y pelo alborotado, a la que llamĆ³ Gara. Candela no se separaba de Gara para dormir, hasta llegĆ³ a recortar con sus tijeras un cartĆ³n en forma de gafas que pintĆ³ de violeta, su color favorito. DecĆ­a que Gara veĆ­a mucho mejor desde que usaba sus gafas violeta.

                               

Con diez aƱos empezĆ³ a practicar deporte en clases extraescolares, adoraba el fĆŗtbol y el baloncesto, hacĆ­a piƱa con su equipo. Era una niƱa responsable, aplicada, educada en el respeto y la libertad; algunos de sus amigos procedĆ­an de paĆ­ses lejanos a los que le gustarĆ­a viajar de mayor: Rachid, Lionel, Akram, Guadalupe, Stieg, Rachel y Joao. TambiĆ©n jugaba con vecinos del barrio como Carmen, Luis o RocĆ­o.

 

Candela despuntĆ³ en Ciencias, eligiĆ³ la rama de IngenierĆ­a porque querĆ­a crear cosas Ćŗtiles para la sociedad del futuro y tenĆ­a una gran imaginaciĆ³n. No tuvo miedo de ser alumna destacada de su promociĆ³n y comprobar que habĆ­a pocas mujeres en la graduaciĆ³n. SabĆ­a que aquella era su verdadera vocaciĆ³n por muchos obstĆ”culos con que tropezara. Su familia siempre le habĆ­a inculcado valores como la valentĆ­a, la autoestima y el esfuerzo.

 

        

Un dĆ­a sintiĆ³ las mariposas del amor, sonriendo por todo y por nada, tambiĆ©n la amargura de la ruptura de despuĆ©s, pero continuĆ³ aquella amistad firme y cĆ”lida que siempre tuvieron. Se desearon lo mejor el uno al otro de corazĆ³n. SeguĆ­a recibiendo cartas, postales, correos, mensajes de amigos en la Alemania del sur donde residirĆ­a unos aƱos, independiente y a su aire, formĆ”ndose, conociendo la nieve en las aceras, la ensalada frĆ­a de col y una lengua que comenzaba a disfrutar.

Candela regresĆ³ tiempo despuĆ©s a su tierra de origen y pidiĆ³ un crĆ©dito con el que montĆ³ su pequeƱa gran empresa con el objetivo de contratar por igual a mujeres y hombres, dando una oportunidad a antiguos compaƱeros de universidad que sufrĆ­an el desempleo y a personas con especiales dificultades. Ella estaba firmemente convencida de que todos tenemos capacidades si las sabemos explotar. 


          

Hubo reencuentros que despertaron en ella emociones nuevas y ganas de compartir esa nueva etapa echando raĆ­ces, porque todo es cuestiĆ³n de encontrar el equilibrio entre el deber y la vida personal. Por ello, consultĆ³ una maƱana sobre conciliaciĆ³n y derechos laborales, porque querĆ­a hacer las cosas bien en este siglo XXI.

 

 

Comentarios

  1. SabĆ­a que eras paisana :)
    Ah, el mundo necesita mƔs gente como Candela y sus padres...

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    1. Gracias, Maite, soy de La Orotava y trabajo en La Gomera :)
      SĆ­, es un relato de cĆ³mo deberĆ­a ser el mundo, al menos dar igualdad de oportunidades a las mujeres...Gracias por tu comentario

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